martes, 24 de agosto de 2010

Jodido el asunto

No soy una persona que suela enojarse, no soy una persona jodida; o si, más bien si soy jodida, pero no de las jodidas que se enojan. Entonces sería una jodida que no jode. Una jodida que no jode pero a la que le jode la gente jodida.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Las gamas de grises poco a poco se transformaron en gamas de verdes, celestes, rojos y amarillos. Entre tanta nebulosa un rayo de sol quiso brillar. Todavía todo es muy complicado, como la vida en sí, pero los puntos de vista cambiaron. Las manchas perseguidoras no acechan con tanta convicción, la ceguera ya no niega tanta visión. Las metas están claras, el camino todavía no. La soledad es tranquilidad y la compañía alegría. Cuando las cosas fluyen sin esfuerzos es q uno se entiende con el otro, y tal vez, sea impulso para entenderse a uno mismo. Las pasiones cambian, dentro de ciertos límites, se expanden y hasta duelen, pero empujan y ayudan a rechazar el rechazo.

Cada día me conquistas más, esa transparencia me vuelve loca. (por si te queda alguna duda)

viernes, 12 de marzo de 2010

Si, eso

Escribir cosas negativas sobre algo que te hace bien no da. Será que lo que me hace bien no me copa lo suficiente. Aunque en realidad no sería escribir "mal" sobre cosas exteriores "buenas", sino sobre mí inconformismo constante.

Moraleja: soy un bardo, fade away before it's too late.

viernes, 19 de febrero de 2010

Ensalada de textos.

Círculo Vicioso (III)
Pasa exactamente en ese momento en el que todo parece ir bien; cuando por fin podemos hablar de amores medianamente superados, de gente nueva, de nuevos proyectos y tiempos dedicados a creaciones de nuestra imaginación. Es exactamente en ese momento, en tu mejor momento; cuando la vida te pone un stop, cuando todo se desmorona, tu entorno te desorienta y volvés a donde empezaste, pero con la situación doblemente complicada. Y es justamente en ese momento cuando te preguntás si valió la pena haber avanzado tanto para volver una vez más al principio.
Hacer nuestro propio camino significa elegir, es una cadena de decisiones la que nos va llevando a vivir nuestra vida; somos forjadores de nuestro propio destino, pero estamos condicionados por las decisiones de los demás, que nos van colocando en distintas posiciones, y a veces, nos hacen sentir encerrados. Pero el hecho de que la salida sea difícil de encontar no significa que no esté ahí. El secreto está en nunca dejar de buscarla; no importa cuantas veces abramos la puerta equivocada.
Coincidencias
Nadie decía nada, no dijimos nada, no decimos nada. Hacemos como si nada pasara, como si tu aliento en mi cara no fuera real, como si tu mano y mi pierna se encontraran de pura casualidad. Ignoramos por completo el porqué de nuestros encuentros, olvidamos que hay un pasado que nos une, un contacto físico y espiritual que todavía no está totalmente roto. Éramos dos en uno, y no terminamos de aprender como es ser simplemente dos, vos por acá y yo por allá. Jugamos peligrosamente a encontrarnos en nosotros mismos, pero no sabemos porque jugamos. Vaciamos nuestra soledad imaginando que podemos estar juntos sin estarlo, que podemos sentirnos sin tocarnos. Nos refugiamos en cosquillas que llegan sin que nadie las llame, en caricias que más tarde fingiremos olvidar.Tu respiración en mi oreja, tus manos en mis piernas, tu lectura de mis pensamientos, tus caricias cuidadosas de no ser descubiertas, nuestra conexión, TODO es una simple coincidencia.
Un viaje a elegir
Todo es pasajero y todos somos pasajeros de un vehículo que anda con rumbo incierto. En el viaje, nos topamos con muchas situaciones y sentimientos; también pasajeros. A veces nos quedamos varados, y pensamos que nunca va a volver a arrancar; sin embargo, lo hace. Y así seguimos, transitando un camino cuyo final nos es ajeno. Sólo en nosotros está priorizar el placer del viaje. Exprimirlo y tomar lo mejor de él, beber lo dulce y aprender de lo amargo. No vale la pena pensar en el destino, sino disfrutar del recorrido.
Despair
Cerraba los ojos y rogaba estar dormida. Apretaba los párpados con fuerza una y otra vez intentando despertar. Se pellizcaba y mentalizaba de que todo eso que le molestaba realmente no estaba pasando. Era capaz de sentir, ver, tocar, oler y hasta de saborear el amargo sufrimiento que la envolvía. Había cavado un pozo profundo y pantanoso del cual no tenía idea como salir. La gente a su alrededor intentaba ayudarla, pero ella no era capaz de entender, su mundo se había cerrado a la negación, aislamiento y tristeza. Se había abandonado, el auto estima y la seguridad que un día la hicieron brillar habían desaparecido por completo, quedando sólo la sombra de lo que podría haber sido. Cerraba los ojos y rogaba despertar, apretando fuerte los párpados hasta el llanto desconsolado; su vida se había convertido en su peor pesadilla, y sólo ella era capaz de cambiar esa realidad.

jueves, 18 de febrero de 2010

Interminable

Cada noche el tiempo se detiene, las realidades se cruzan y todo simula ser perfecto. Tu mano acaricia mi pelo mientras tu cuerpo me roza con amor. Palabras acarameladas se intercambian entre besos. Tus brazos me protegen, envolviéndome fuerte, pero dulcemente.
Si sólo pudiera quedarme en ese lugar, acurrucada entre tu cuerpo, para siempre. Pero tarde o temprano, el día llega y las lágrimas caen.

lunes, 8 de febrero de 2010

Renovándome

Pensando en como me resulta ser quien soy y hacer las cosas a mi modo, llegue a la conclusión de que la solución es invertirme a mi misma. Ya di mis primeros pasos, ayer comí dos sandwiches con mayonesa. Después de todo, pequeños detalles hacen el todo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Hacia el norte, sin perder el sur

Me han roto el corazón, sí, muchas veces, aunque no demasiadas personas, digamos que dos. Y sí, he roto corazones, pero más allá de esos dos no creo que realmente valga la pena extenderme. A veces quisiera odiarlos por todas las lágrimas, el dolor, desilusiones y demás cosas negativas que no da para enumerar. Pero no sé, simplemente no soy así, no puedo o no quiero. He justificado cosas peores, y sufrido otras millones de veces más dolorosas e inentendibles. Pero si me voy a eso ya no serían sólo dos y entramos en otro tema, así que ya fue. Como venía diciendo, me han roto el corazón y no los odio por eso. Es más, podría re-enamorarme de nuevo una y otra vez, sin problema, sin aprender jamás. Pero también puedo acostumbrarme, sin problemas, tal vez en un proceso más lento que el anterior, pero aún así posible, a vivir sin ellos, o sin cualquier otra persona. Pero el olvido no existe en mi diccionario. Puedo superar practicamente todo, y para eso llevo conmigo siempre todos mis recuerdos, sin odio ni rencor, pero con un extraño sentimiento de impotencia, al no poder comprender el porque de todo.
Releyendo mis propios textos, encuentro cada vez más mensajes entre lineas, que ni siquiera yo creí haber escrito. Claramente no se trata sólo de dos, ni sólo de amores, o por lo menos, no sólo del mismo tipo de amor.