viernes, 27 de marzo de 2009

Cuestiones de almohada

Yo estaba recostada del lado derecho de mi cama, como de costumbre, porque el izquierdo estaba estrictamente reservado para vos, y cuando no estabas, servía para imaginarte a mi lado. Había veces en las cuales hasta me abrazaba con mis propios brazos, soñando que eran los tuyos, o te sentía susurrándome al oído que me amabas, aunque no estuvieses ahí. Como decía, yo estaba recostada en mi cama, del lado derecho, con la mirada fija en las paletas del ventilador, que daban vueltas sin parar, de la misma manera que mis pensamientos. Pensamientos que ahora no puedo ver con claridad, que cambian junto con el tiempo, pero que conservan su esencia; pensamientos "difíciles de explicar".
Horas después habría de seguir acostada en ese mismo lugar, pero ya mi mirada se habría deslizado desde las paletas del ventilador a el órgano, viejo y con algunas teclas pegadas con cinta scotch. Y entonces también mis pensamientos cambiarían de rumbo. Ya no pensaba en vos, sino en mi música, mi presente y mi futuro profesional. Y es en ese mismo instante en que recordé que no todo gira en torno a vos; y sin darme cuenta, ya no estaba en mi característico lado derecho de la cama... adiviná en donde estaba.

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