martes, 3 de noviembre de 2009

Valiosa transición

Intento levantarme cada día pensando en el hoy y no en el ayer, porque el tiempo pasa y no espera. Sin embargo, siempre me encuentro en los 3 mismos discos que me vuelan la cabeza; melodías, ritmos, timbres, intensidades que se van acercando y uniendo, entremezclando y separándose; produciendo innumerables sensaciones en mi cuerpo y más allá de él. Excitan mis sentidos llevándome a otras épocas, a otros tiempos, cercanos y lejanos, perceptibles o no. Entonces se hace imposible no volver sobre viejas pisadas, cada vez más desvanecidas por el polvo que deja el olvido. Cada vez más desvanecidas pero aferradas a sus marcas, a huellas enunciadas a modo de enigma que aún intento resolver. Lo extraño de todo esto es que ahora que me propuse con más fuerzas indagar en mí misma para encontrar respuestas, mi inconsciente escupe palabras con sentidos oculto, pero se niega a hablar de los problemas del adolescente ordinario. Me esfuerzo por sacar las experiencias más traumáticas a juicio del otro, y dejo lo que en gran parte me afecta hoy por considerarlo a mi juicio "demasiado ordinario". Intento levantarme cada día pensando en el hoy y no en ayer, pero trato de encontrarme interiormente con mi pasado, porque hasta que uno no se enfrenta a uno mismo, no hay presente pleno; no se vive ni en el pasado ni en el presente, sino en una superficie inestable y borrosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario