Te sueño cada noche y te pienso cada día. No me dejás siquiera respirar. Tus palabras, celestiales, imponentes, sublimes, me persiguen convirtiéndose en el centro de mis preocupaciones. Te miro con ojos de enamorada. Imagino el resto de mi vida a tu lado, en una relación simbiótica perfecta. Sin vos no hay ambición mía que sea posible de realización; y yo sé que a pesar de que podés elegir a cualquier otra persona, estás en algún lado esperandome, rogando que tu cuerpo y mis manos se encuentren, igual que yo. Tengo que admitir que me intimidás; me das un poco de miedo, bastante mejor dicho. Pero juntos, podemos hacer que ese sentimiento cambie, y podemos lograr mucho, realmente mucho.

No desesperés, te estoy buscando y te voy a encontrar. Juntos vamos a producir maravillas, ya van a ver, lo vamos a lograr.